En México, la creciente digitalización de procesos ha puesto en el centro de la discusión empresarial a la protección digital. Hoy, la ciberseguridad se ha transformado en un pilar estratégico para asegurar operaciones, preservar la confianza del cliente y evitar impactos económicos severos.
Aunque muchas empresas adoptaron plataformas digitales por eficiencia, no todas han invertido con la misma velocidad en blindar sus entornos. Esto ha abierto espacios a ataques más sofisticados que comprometen desde información financiera hasta datos sensibles de clientes.
De acuerdo con ESET, la protección digital es ahora una base crítica para el éxito empresarial, especialmente en un contexto donde las amenazas evolucionan más rápido que las soluciones tradicionales.
Ciberseguridad en empresas: un desafío urgente
Las organizaciones mexicanas enfrentan desafíos específicos: equipos sin capacitación suficiente, infraestructuras heredadas y presupuestos limitados en TI. Esto crea una superficie de ataque propicia para cibercriminales, que aprovechan vulnerabilidades operativas. La ciberseguridad, en este contexto, debe dejar de verse como un gasto y comenzar a asumirse como una inversión con retorno directo en continuidad y reputación.
Además, implementar estrategias de protección digital va más allá del software. Implica fomentar una cultura organizacional preventiva, donde todos los colaboradores reconozcan su rol frente a las amenazas digitales. La capacitación constante, la actualización de sistemas y la adopción de marcos normativos robustos son piezas clave en este proceso.
Según datos de agosto de 2025, más del 60% de las empresas en América Latina han experimentado al menos un incidente de ciberseguridad en el último año.
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