Una nueva etapa de colaboración entre operadores de telecomunicaciones ha comenzado en España. Telefónica, Orange y Vodafone firmaron recientemente un pacto que apunta a reforzar las redes y servicios 5G mediante estrategias de compartición activa de infraestructuras. Este movimiento responde a un escenario marcado por el incremento exponencial del tráfico de datos y las exigencias técnicas del nuevo estándar móvil.
Las empresas coinciden en que este modelo colaborativo permite reducir duplicidades, ganar eficiencia y acelerar la cobertura en zonas menos rentables, especialmente rurales.
Además, se busca aliviar la presión financiera del sector, cuyas inversiones en redes han crecido sin un retorno proporcional en ingresos. Con esta estrategia, se pretende lograr un equilibrio entre competitividad y sostenibilidad operativa.
Avances para consolidar el liderazgo del 5G
En paralelo, las compañías han subrayado que este enfoque no afecta la independencia comercial ni la diferenciación de sus servicios. Cada operador mantendrá el control de sus frecuencias, así como de su estrategia de mercado, atención al cliente y oferta de valor. El acuerdo, en cambio, se enfoca en aspectos técnicos como el uso conjunto de torres, estaciones base y componentes de red en determinadas áreas del país.
Esta alianza no solo se considera una solución pragmática ante los desafíos económicos del sector, sino también un impulso clave para la digitalización de España. El 5G es un habilitador estratégico para industrias como la logística, la automoción, la salud o la agricultura inteligente, donde la latencia mínima y la conectividad masiva son esenciales.
A septiembre de 2025, el 89% del territorio español ya cuenta con cobertura 5G, según datos de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones. El objetivo conjunto de los operadores es superar el 95% antes de finalizar el año.
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