En México y otros mercados se observa un cambio significativo en las estrategias corporativas. Frente a resultados automatizados que no alcanzan estándares esperados, empresas reinstalan talento humano para garantizar calidad. Esta reactivación no representa un retroceso sino una corrección frente a promesas tecnológicas incumplidas y una apuesta renovada por la experiencia humana.
Dos sectores destacan: diseño y redacción. Ilustradoras rehacen logotipos generados por IA, corrigiendo errores que a menudo exigen recreación completa. En escritura, especialistas transforman textos mecanizados, eliminando patrones robóticos y profundizando información técnica. Asimismo, desarrolladores intervienen proyectos dañados por código generado sin supervisión, evidenciando la necesidad de pericia humana en programación.
Calidad vs IA: retorno del capital humano
Además de estos casos, empresas tecnológicas han ajustado sus modelos de negocio. Tras reemplazar inicialmente cientos de trabajadores por IA, varias firmas empezaron a reincorporar personal, esta vez bajo esquemas flexibles y remotos, para mejorar la atención al cliente y compensar las falencias tecnológicas.
Del mismo modo, en varios países la automatización no solo desplaza sino que redefine las oportunidades laborales. La contratación juvenil en posiciones expuestas a IA, como atención al cliente y software, cayó casi un 20 % entre 2023 y julio de 2025, según análisis recientes. Sin embargo, en profesiones menos automatizadas, el empleo juvenil creció, apuntando hacia una reconfiguración entre automatización y adaptación humana.
En este entorno híbrido las empresas aprenden que la IA rinde mejor como herramienta complementaria, no como sustituto. La intervención humana asegura precisión, empatía y capacidad de adaptación, cualidades que los sistemas automatizados aún no replican.
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