El tejido corporativo español enfrenta un desafío creciente con el repunte de las insolvencias empresariales, que en agosto de 2025 aumentaron un 29 por ciento respecto al año anterior. El dato coloca a las compañías en un escenario que recuerda a los niveles previos a la pandemia, encendiendo alarmas sobre la capacidad de resiliencia en un contexto económico aún volátil.
Empresas presionadas por costos y financiamiento
Los expertos señalan que la escalada de los costos financieros, junto con la dificultad para acceder a crédito, son factores clave detrás del incremento de insolvencias empresariales. Además, la persistencia de precios elevados en materias primas y energía ha reducido los márgenes de rentabilidad, lo que afecta especialmente a pequeñas y medianas empresas.
El sector servicios ha registrado la mayor proporción de casos, seguido de la construcción y la industria manufacturera. En consecuencia, la distribución regional muestra una concentración significativa en comunidades como Cataluña y Madrid, donde se ubica la mayor densidad de compañías en riesgo.
Impacto en la confianza empresarial
El alza en los concursos de acreedores no solo refleja tensiones financieras internas, también incide en la percepción de riesgo entre proveedores e inversionistas. De igual manera, analistas advierten que la incertidumbre podría condicionar la toma de decisiones estratégicas en sectores clave de la economía española.
En agosto de 2025 se contabilizaron más de 7 mil procedimientos concursales, una cifra que supera ampliamente los registros del mismo mes en 2024. Este volumen es el más alto desde 2013, lo que refuerza la preocupación de cámaras empresariales y asociaciones de crédito comercial.