El liderazgo empresarial basado en valores volvió a ocupar un espacio central en el discurso institucional del Vaticano. Esta semana, el Papa León XIV sostuvo una audiencia con empresarios de la ciudad catalana de Argentona, donde puso en primer plano la figura del empresario argentino Enrique Shaw como modelo de gestión con impacto humano.
Durante el encuentro, el Papa subrayó la capacidad de Shaw para conjugar visión corporativa con compromiso cristiano. Definió al empresario como un actor clave para la construcción del bien común y lo instó a rechazar prácticas económicas que excluyen. El mensaje se dio en un contexto de creciente interés en modelos de negocios que integran ética, rentabilidad e inclusión.
Ética empresarial como eje de transformación social
En sus palabras, León XIV destacó que la rentabilidad empresarial no debe alcanzarse a costa de la dignidad humana, sino que debe impulsar una economía con rostro humano. Rescató el legado de Shaw, quien lideró diversas iniciativas en el ámbito corporativo argentino sin abandonar sus convicciones religiosas ni su enfoque social.
Este posicionamiento reafirma la intención del pontífice de abrir espacios de diálogo entre la Iglesia y el mundo productivo, donde el empresario sea visto como un agente de desarrollo con responsabilidad ética. La audiencia en Roma también apuntó a visibilizar el proceso de beatificación de Shaw, actualmente en etapa avanzada.
Por otro lado, el Papa alentó a los asistentes a priorizar modelos de producción inclusivos y solidarios. En su visión, el crecimiento económico debe ir acompañado de estructuras que favorezcan la equidad, especialmente en un mundo marcado por la polarización social.






