Una maniobra financiera ha reconfigurado la estructura de propiedad del Atlético de Madrid. El fondo Apollo, con sede en Nueva York, incrementará su participación accionaria para convertirse en el socio mayoritario del club, en el marco de una ampliación de capital de hasta 70.8 millones de euros. El movimiento, confirmado por la propia entidad deportiva el 9 de noviembre, marca un punto de inflexión en la relación entre los actuales directivos y el fondo de inversión.
Actualmente, el capital social del club está repartido entre diversos socios, siendo Miguel Ángel Gil Marín, CEO del club, uno de los principales accionistas. Sin embargo, la decisión de Apollo de ejercer su derecho a convertir deuda en acciones lo posicionará por encima del 40% de participación, desbancando a los socios históricos.
El objetivo de la operación y sus implicaciones estructurales
La ampliación de capital fue aprobada por unanimidad y tiene como propósito principal mejorar la salud financiera del Atlético de Madrid. De igual manera, se busca inyectar recursos que permitan reforzar la competitividad del equipo, tanto a nivel nacional como internacional.
Apollo ingresó en el accionariado colchonero en 2022, tras conceder un préstamo de 120 millones de euros. La conversión parcial de ese préstamo en acciones estaba contemplada desde un inicio, lo cual facilitó que el fondo ejecutara este movimiento sin oposición.
La decisión ha generado cuestionamientos en el entorno rojiblanco, particularmente sobre el rumbo estratégico que tomará la institución bajo el control de un inversor extranjero. No obstante, la directiva ha asegurado que el club conservará su identidad y su base operativa en España.






