La reciente alza en las ventas de Tesla en Estados Unidos no provino de un cambio tecnológico ni de una estrategia de producto, sino del incentivo fiscal otorgado por el gobierno. La reducción en el crédito para vehículos eléctricos, impulsada por la administración de Donald Trump, generó una ola de compras anticipadas que disparó las cifras trimestrales.
El repunte se produce en un momento en que Elon Musk mantiene un perfil más bajo en la gestión diaria. Analistas consideran que el auge puede ser pasajero, ya que las ventas se verían afectadas una vez que el beneficio fiscal quede limitado en los próximos meses.
Crédito fiscal y efecto en ventas de Tesla
El crédito federal pasó de 7.500 a 3.750 dólares para varios modelos eléctricos, lo que motivó a los consumidores a adelantar sus adquisiciones. Del mismo modo, expertos señalan que esta política genera una “inyección artificial” de demanda, pero no necesariamente una señal de crecimiento sostenido.
Tesla defendió que su estrategia comercial mantiene la competitividad, incluso frente a la reducción de incentivos. Asimismo, destacó que sus costos de producción han disminuido gracias a mejoras logísticas y a la ampliación de su capacidad en plantas de Texas y California.
El reporte del tercer trimestre mostró que Tesla entregó más de 450 mil unidades, un incremento notable respecto a meses previos. Sin embargo, analistas advierten que la verdadera prueba llegará a finales de año, cuando desaparezca el impulso del crédito y el mercado mida la demanda real de vehículos eléctricos.