Grupo Carso, el conglomerado empresarial de Carlos Slim, ha decidido reforzar su participación en el sector energético mexicano mediante nuevas inversiones en Petróleos Mexicanos (Pemex), a pesar del creciente endeudamiento y los retos estructurales que enfrenta la petrolera estatal.
La semana pasada, Carso Energy división energética del grupo anunció la adquisición de una participación adicional de 3.3% en la empresa Zamajal, operadora de un campo terrestre ubicado en Tabasco. Esta operación, valuada en 37 millones de dólares, se suma a una inversión previa de 124 millones hecha en mayo de este año para adquirir el 49.9% inicial de participación. En conjunto, Grupo Carso ya controla el 53.2% del consorcio privado que opera el campo.
Apuesta energética a largo plazo
Aunque Pemex mantiene una deuda financiera superior a los 101 mil millones de dólares y ha sido objeto de múltiples recortes de calificación crediticia, la decisión de Carso se basa en una visión de largo plazo que busca aprovechar el potencial energético del sureste mexicano, especialmente en activos donde la inversión privada es legalmente viable.
Por otro lado, la operación se produce en un contexto en el que el gobierno federal continúa absorbiendo pasivos de la petrolera y garantizando su operación mediante recursos públicos. Esto ha permitido que compañías como Grupo Carso accedan a proyectos estratégicos sin asumir el riesgo total que implica el entorno financiero de Pemex.
Del mismo modo, analistas del sector energético advierten que este tipo de operaciones puede anticipar un posible cambio de paradigma en la relación entre el sector privado y la empresa estatal, especialmente rumbo a la próxima administración federal.
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