La vulnerabilidad digital se ha convertido en un desafío prioritario para Centroamérica. En los últimos meses, expertos en seguridad informática han advertido que actores externos han intensificado sus esfuerzos de ciberespionaje en países de la región, afectando tanto a instituciones públicas como al sector privado. El panorama preocupa debido al creciente uso de plataformas digitales en operaciones gubernamentales, empresariales y financieras.
Los informes más recientes señalan que las tácticas utilizadas incluyen el acceso remoto a redes corporativas, la infiltración en correos electrónicos institucionales y la manipulación de sistemas críticos. Este tipo de amenazas compromete la integridad de datos sensibles y pone en riesgo la confianza de ciudadanos e inversionistas. Además, se ha identificado un aumento de campañas dirigidas específicamente a gobiernos centroamericanos, con un claro interés en información estratégica.
Ciberespionaje como amenaza regional
La Organización de Estados Americanos y especialistas en ciberseguridad han enfatizado que Centroamérica carece de protocolos robustos para mitigar este tipo de riesgos. Aunque algunos países han iniciado planes de ciberdefensa, los avances siguen siendo desiguales. En consecuencia, las empresas enfrentan una doble presión: fortalecer sus propios sistemas y, al mismo tiempo, responder a un entorno regulatorio que todavía no establece estándares uniformes.
Los analistas coinciden en que la inversión en infraestructura digital y la capacitación de personal especializado resultan clave. También recomiendan establecer alianzas internacionales que permitan compartir alertas y mejores prácticas.
Por otro lado, la expansión del teletrabajo y la digitalización de servicios públicos en la región han ampliado la superficie de ataque para los grupos responsables del ciberespionaje. Solo en agosto de 2025 se reportaron más de 200 incidentes relacionados con intentos de intrusión en sistemas gubernamentales, lo que refleja la magnitud del desafío.