Una transferencia bancaria a un familiar podría ser motivo de sanción si no está debidamente justificada ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT). En México, las operaciones entre cuentas de personas físicas, incluso cuando se trata de préstamos entre padres, hermanos o hijos, pueden ser clasificadas como ingresos si no se acredita su origen.
El SAT ha intensificado la fiscalización de movimientos financieros desde agosto de 2025, tras detectar un incremento en las transferencias informales que no están registradas en declaraciones anuales. Esto puede derivar en multas de hasta el 55% sobre el monto del depósito si se considera como ingreso no reportado.
Los préstamos familiares también están bajo el radar del SAT
La recomendación más directa para evitar sanciones es respaldar cada operación con un contrato de mutuo simple, el cual debe especificar el monto, las partes involucradas y la naturaleza del préstamo. Además, este documento debe estar firmado por ambas partes y conservarse junto con los comprobantes de la transferencia.
También es posible presentar una declaración informativa ante el SAT, aunque no es obligatoria en todos los casos. Los expertos fiscales aconsejan mantener una comunicación clara con la persona que recibe el préstamo para que pueda justificarlo en caso de una auditoría.
Evitar sanciones requiere documentación clara y oportuna
En caso de una revisión fiscal, el contribuyente deberá demostrar que los fondos no representan ingresos acumulables, sino un préstamo que no genera intereses. De lo contrario, podría enfrentar recargos, actualizaciones y sanciones administrativas.
Un dato relevante: el artículo 90 de la Ley del Impuesto sobre la Renta establece que se consideran ingresos todos los depósitos bancarios, salvo prueba en contrario.
