Estados Unidos autorizó a Samsung a enviar equipos de fabricación de semiconductores (chips) a sus plantas en China durante 2026, según una fuente con conocimiento directo del proceso. La decisión ofrece un alivio temporal a la compañía surcoreana en medio del endurecimiento de los controles tecnológicos hacia el país asiático.
El gobierno estadounidense otorgó una licencia anual que permitirá a Samsung importar herramientas clave para la producción de chips en sus instalaciones chinas. Washington aplicó este nuevo esquema tras revocar, a inicios de año, las exenciones generales que beneficiaban a varias empresas del sector tecnológico.
Nuevo esquema de licencias limita exportaciones tecnológicas
La administración estadounidense sustituyó el sistema de autorizaciones amplias por aprobaciones anuales caso por caso para las exportaciones de equipos de fabricación de semiconductores a China. Con este cambio, las empresas deberán solicitar licencias específicas para mantener sus operaciones industriales en ese país.
Hasta ahora, samsung, SK Hynix y TSMC operaban bajo el estatus de “usuario final validado”, lo que les permitía recibir tecnología estadounidense sin trámites adicionales. Ese privilegio vencerá el 31 de diciembre, por lo que cualquier envío posterior requerirá una licencia formal del Departamento de Comercio.
La política de Trump mantiene presión sobre la industria de chips
La medida forma parte de la estrategia del gobierno de Donald Trump para limitar el acceso de China a tecnología avanzada desarrollada en Estados Unidos. La Casa Blanca revisa las políticas heredadas de la administración anterior y busca cerrar espacios que considera demasiado flexibles en materia de exportaciones sensibles.
Samsung no emitió comentarios inmediatos sobre la autorización, al igual que SK Hynix y TSMC. Sin embargo, el sector observa con atención el impacto que este sistema anual podría tener en la planeación de inversiones y en la estabilidad de la cadena global de semiconductores.
La licencia concede margen operativo a samsung en el corto plazo, pero mantiene la presión regulatoria sobre las empresas que producen chips en China bajo tecnología estadounidense.