Cápsula de Varda en proceso de manufactura espacial con infraestructura orbital avanzada
Varda impulsa su modelo para escalar la manufactura en órbita

Varda impulsa su modelo para escalar la manufactura en órbita

La estrategia empresarial en Estados Unidos suma un nuevo capítulo con el avance de Varda en la manufactura espacial, un sector que busca convertir procesos científicos complejos en servicios comerciales repetibles. La compañía apuesta por un esquema que usa microgravedad como ventaja competitiva y mantiene operaciones enfocadas en fármacos de alto valor.

El interés por este modelo tomó fuerza tras las últimas misiones operadas por Varda, donde la empresa demostró su capacidad para fabricar y regresar productos farmacéuticos desde el espacio. Además, estos desarrollos coinciden con un mercado estadounidense que analiza cómo integrar servicios orbitales en cadenas de suministro avanzadas.

Varda acelera infraestructura y validación tecnológica

Varda sostiene que microgravedad permite crear cristales con mayor pureza y estabilidad, y que estos resultados ofrecen ventajas potenciales para la industria farmacéutica. La compañía utiliza su cápsula W-1 para producir y traer de regreso los materiales, un sistema que opera con escudos térmicos y paracaídas para asegurar aterrizajes controlados. Asimismo, afirma que la creciente disponibilidad de lanzamientos y buses satelitales estandarizados facilita sus procesos.

La empresa también presentó su teoría de “siete dominos”, que proyecta costos de lanzamiento cada vez más bajos conforme aumente la demanda de manufactura orbital. En consecuencia, el modelo planteado describe una economía que conecta producción en órbita con ciclos rápidos de reabastecimiento. Por otro lado, la compañía reconoce que solo productos con alto valor por dosis hacen viable esta operación en la fase actual.

Amplía operaciones pese a desafíos regulatorios

El regreso de su cápsula en 2024 marcó un hito regulatorio en Estados Unidos, al completarse bajo el marco Part 450 de la FAA para reingresos comerciales. Del mismo modo, la empresa habilitó dos zonas de aterrizaje, una en Utah y otra en Australia, para sostener la continuidad operativa. Si este artículo despertó tu interés, revisa nuevas tendencias en tecnología aeroespacial.

Además, Varda identificó una oportunidad paralela en aplicaciones de pruebas hipersónicas. La capacidad de su cápsula para reingresar a velocidades superiores a Mach 25 atrajo interés del sector defensa, que requiere validar materiales y sensores en condiciones que no pueden replicarse en túneles de viento.

Varda cerró rondas de inversión por 329 millones de dólares, destinados en gran parte a un laboratorio especializado en California. La firma incorporó científicos estructurales y expertos en cristalización para ampliar sus capacidades y preparar formulaciones más complejas, lo que marca un siguiente paso hacia moléculas de mayor valor y nuevos segmentos farmacéuticos.

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